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lunes, 24 de junio de 2013

Pletóricos de esperanza

En medio de la cruel tormenta, mientras las gotas caían al suelo, oscuro y frió... apareció su sonrisa, aparecieron sus ojos brillantes pletóricos de esperanza y sublimes como la brisa, de esos que se llenan de palabras sin pronunciar ninguna. Rompiendo la soledad y la oscuridad apareció su mirada, llena de cariño, presente y realidades algo abrumantes. Apartando la tristeza llegó su alma renacida, recordando que la vida merece el riesgo de vivirla, recordando así que hay almas valientes las cuales se deben despertar.
Porque los problemas son como la neblina, solo aparecen un rato y nos dificultan la visión, pero luego, luego desaparece poco a poco, dando lugar a una bella tarde, un bello sol, y bueno, si hizo tormenta, también sale un hermoso y deslumbrante arcoiris, lleno de colores, como si cada uno de ellos representaran las mil y una posibilidades para la vida, para saber afrontarla... y bueno, solo es con la perspectiva en que se mire.

Hola Belen.

Junio 24 marcó el calendario, ¿el reloj? exactamente eran las 5:30 de la tarde, clima cálido y los últimos rayos del sol alumbrando la ventana... M&M sobre la meza y música clásica de fondo, como de costumbre, Belen, estaba tratando de componer, o bueno "tocar por tocar" así lo llamaba ella cuando tenia miles de sentimientos y una necesidad asfixiante  de sacarlos, ¿la manera?... su piano, en medio de esas ideas vagas musicales cayeron unas cuantas lágrimas en las teclas, mientras bajaban por sus mejillas... ella sólo tocaba y lloraba, cuando sentía que no daba más, tomo un minuto y seco sus mejillas. Ella quería explotar, gritar, correr; escapar y por un momento olvidarse de ella misma y simplemente flotar, adentrarse en una burbuja la cual nadie pudiera explotar, y bueno, la pequeña Belen solía ser muy sensible y susceptible al carácter de otros... y ¿cómo no? si toda su vida había vivido prácticamente la vida de otros y para otros... Belen entendía que ya era más que justo olvidarse de todo y recordarse ella misma. Recordar que ella también merecía soñar, vivir, realizar... ella merecía que también le cumplieran las palabras, que no solo fueran aire, que no solo fueran eso, palabras simples, efímeras,  esfumantes; Y bueno... termino escribiendo y con ello sus lágrimas también lo hicieron.