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miércoles, 1 de junio de 2016

Una tarde, decían...

¿Quien lo diria? Aquel atardecer que rompe los sonidos de la lluvia, siendo más fuerte que la perturbación y la angustia. Las pisadas se vuelven más ligeras, suaves, consientes; pero...sordidas aun.
¡Qué se es! Acaso un ligero pergamino de ires y venires fugaces, o por el contrario no se es, simpliemente  no hay manera de encerrar tan lógica paradógica del pensamiento.
Un atardecer, decían; un orden de palabras y una pretensión audaz de armarlas ¿Armar qué? ¿Las palabras? que osadia con el universo pretender ser dueños de algo ¿Dueños de qué?
Dejarse, dejarse llevar, dejarse ser o dejarse no ser..

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